Abriendo con una estupenda obertura instrumental en punto de las 8:40 pm, Napoleón salió a complacer a los presentes.
Con algunos de los temas más exitosos del cantautor José María Napoleón, se inició este magno concierto de despedida en el que entonó los temas “De vez en vez” y “Corazón bandido”, para ir calentando motores y voz para lo que sería una velada sumamente romántica y acogedora con una de las más melodiosas y entregadas cuando está sobre el escenario.
Desde luego se tomó un momento para saludar al público y agradecer infinitamente el cariño y amor, que por tantos años le han demostrado, además de ser este el onceavo concierto en el Auditorio Nacional, en el que además cayó en el día internacional de la mujer, por lo que, se extendió en agradecimientos y piropos a las mujeres, y elegantemente hablarles también a los caballeros, invitando a disfrutar el concierto y denotando su sentir, al borde casi de las lágrimas al decir: cuando ya no esté aquí, sé que habré logrado mi misión, y que tengan estas canciones en su recuerdo. Y continuó con “Quisiera”.
Una gran noche
Cuando salió de su estado natal, él tenía el sueño de ser torero o cantante, y recordó cuando con su guitarra y sus cuadernos tocando puertas escuchaba otros “No”, hasta que llegó el “Sí”, y continuó trabajando, inclusive canto en la ruta de microbús de insurgentes a Universidad, con pena cantando “Cuatro Milpas”, y con risas recordó cuando frenó el camión salió precipitado hasta adelante y se bajó sin pedir dinero, por la pena, hasta que aprendió a agarrarse bien del tubo, ganándose su dinerito, recordaba que si volviera a nacer, volvería a repetir la historia, con tal de estar aquí junto a este maravilloso público cantándole las canciones de su vida.
“Celos”, fue la canción que continuó en la noche romántica y de gratitud, donde también recordó a Alberto Cortez, su entrañable amigo, que le decía que había canciones que se escribían prematuramente y se escribían con lápiz y papel, escribiendo pronto, y había otras que que tardan en terminarse, unas se escriben con tinta y otras con el dedo, decía, como preámbulo para la presentación del siguiente tema musical que interpreta desde hace 42 años, misma que le canta a su mujer y sus 4 hijos “Amor de habitación”.
La variedad de Napoleón
Pero no todo fue bolero, balada y romance, también hubo una parte rítmica, cuando llegó la canción “Leña verde”. Le gusta escribirle a las mujeres, recordando al príncipe de la canción, soñando que él podía cantar alguna que más tarde hizo realidad José José, después de una larga y entrañable amistad, canción que interpretaría más adelante, después de la canción “30 años”. Desde luego que recordó la vez en que el Proncipe le dijo: “Cuando me das una canción flaco”, y recordando al gran intérprete José José cantó para un auditorio completamente lleno “Lo que no fue no será”, con el que el público aplaudió y cantó cada parte de la canción a todo pulmón, en medley (popurrí) con “Mientras llueve” y “Para qué”.
“Cuando se pierde un amigo”, fue otro de los temas en los que aprovechó a compartir palabras sabias de su paso por los años, recordando que le sigue doliendo la partida de su gran amigo José José. Está fue la parte más emotiva y conmovedora en el que dejó el corazón, al igual que lo hacía el Príncipe de la canción con todos sus amigos y al interpretar esas grandes canciones que han hecho historia, porque cuando se pierde un amigo, se pierde un trozo de vida, como lo dice la letra de esta canción, que logró hacer rodar algunas lágrimas de muchos de los presentes.
Napoleón y la sorpresa de la noche
Inmediatamente elevó el ánimo interpretando el tan conocido tema “Ella se llamaba Martha” en un arreglo moderno y muy rítmico, donde también la sección de metales y percusiones pudieron lucir su sonoridad mientras el público coreaba junto al cantautor este que fue de los primeros éxitos de Napoleón. “Sin tu amor”, se lo dedicó a su mamá, quien fue la mujer que le inspiró el canto, y que, aunque ella ya trascendió, la sigue teniendo tan presente, y aprovechó para bendecir a las mujeres presentes en este día internacional de la mujer.
A sus 16 añitos compuso la canción “El grillo”, un tema sencillo acompañado solamente de su guitarra. Después interpretó “Canción del molino rojo”, de la que solamente hizo la letra, pero que en su momento, no dudó en grabar.
La sorpresa de la noche fue cuando dio a conocer que acaba de terminar un nuevo disco con 13 temas, acompañado del Mariachi Vargas de Tecalitlan. Pero para esta noche mágica, le acompañó el Mariachi Imperial Azteca, que como es costumbre, salieron interpretando “La negra”, “Serenata Huasteca” y un son para deleitar al público con los ritmos más mexicanos, mientras José María tomaba un descanso. “Recuerdo apagado” es el primer tema que cantó Napoleón con su mariachi de Aguascalientes.
El concierto en la recta final
“Aún estoy de pie” y “La feria de ferias” fueron los dos últimos temas que interpretó con el mariachi, para dar paso a platicar de su hijo, y de las inquietudes por la música, invitó a su hijo a cantar tres canciones como solista. “Después de tanto”, fue otra sorpresa que regaló Napoleón junto al inmortal Juan Gabriel, aprovechando la tecnología, haciendo un dueto memorable. “Pajarillo” dio paso a un performance con una bailarina que lució su arte en los tablones detrás del escenario principal con fondo de imágenes alusivas.
“Hombre” (con José María) marcó el final del concierto. Pero el público no iba a dejar ir a Napoleón, después de tan grandiosa noche llena de romanticismo, por lo que, interpretó “Eres” y desde luego, la canción que todo mundo esperaba, y que no podía faltar en esta despedida, “Vive”, con lo que el público le dijo a Napoleón “Hasta Siempre”. Un concierto bajo la batuta de un verdadero caballero, poeta y cantante, de esos artistas que se van a extrañar cuando ya se hayan ido.
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