¡Vaya concierto el de ayer en el Palacio de los Deportes de la CDMX! Los Fabulosos Cadillacs, la icónica banda argentina de rock, ska y reggae, logró electrizar el lugar con su energía inigualable.
Por Daniel Arriaga
Fotos Edwin López
A pesar de un pequeño retraso que generó algunas rechiflas, una vez que la banda salió al escenario, el Palacio de los Deportes se convirtió en un hervidero de emociones. El recinto estaba lleno a capacidad, mostrando la lealtad y devoción de los fans mexicanos hacia Los Fabulosos Cadillacs.
El inicio con “Bares y fondas” y “Noches árabes” fue como prender la mecha de un gran espectáculo. La audiencia rápidamente dejó atrás cualquier molestia inicial y se entregó por completo a la magia musical de la banda. Canciones como “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, “Carmela” y “Estoy harto de verte con otros” crearon momentos de éxtasis, con slam formándose en algunas partes, mientras otros disfrutaban pacíficamente.
El repertorio variado continuó con éxitos como “Manuel Santillán, el León”, “Demasiada presión”, “V centenario” y “El genio del dub”, mostrando la versatilidad musical de Los Fabulosos Cadillacs. La conexión entre la banda y la audiencia alcanzó su punto máximo con “Calaveras y diablitos”, “Los condenaditos”, “Muy muy temprano” y “Nro. 2 en tu lista”. La voz colectiva de los fans resonaba por todo el Palacio de los Deportes.
El momento emotivo llegó con “Siguiendo la luna”, iluminando el lugar con las luces de los celulares. La energía no decayó con “Gitana” y mi favorita personal “Carnaval toda la vida”. Sin embargo, fue con “Mal bicho” y “Matador” que el público alcanzó el clímax, moviéndose al ritmo contagioso de estas canciones.
Encore
Pero la noche no podía concluir sin un encore espectacular. Los Fabulosos Cadillacs regresaron al escenario entre los gritos de “Otra, Otra”. La segunda parte del concierto fue igual de emocionante, con canciones como “Vos sabés”, “Hoy lloré canción”, “Silencio hospital” y el clásico “Vasos vacíos”, un tributo a la inolvidable Celia Cruz. El broche de oro lo pusieron con “El satánico Dr. Cadillac” y “Yo no me sentaría en tu mesa”, dejando a todos con un sabor de satisfacción y ganas de más.
Los Fabulosos Cadillacs demostraron una vez más por qué son una de las bandas más queridas y longevas en el escenario musical. Su música trasciende generaciones, creando experiencias inolvidables para sus seguidores.
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