
La tranquilidad de la costa oeste de Portugal se vio interrumpida este fin de semana tras un grave incidente ambiental en la icónica playa de Nazaré. Un vertido de aguas fecales obligó a cerrar temporalmente la playa y dejó a más de 70 personas intoxicadas, incluidas 44 niñas y niños, quienes fueron atendidos en hospitales con síntomas de náuseas, vómitos y diarrea.
El incidente, que encendió las alarmas en uno de los destinos turísticos más importantes de Portugal, fue provocado por un fallo en el sistema de alcantarillado que derivó en un vertido anómalo en los desagües pluviales, generando malos olores y poniendo en riesgo la salud de los bañistas.

La Unidad Local de Salud de la región de Leiria informó que, hasta la tarde del sábado, al menos 70 personas habían requerido atención médica por síntomas relacionados con intoxicación, aunque advirtieron que las cifras podrían aumentar conforme avancen las verificaciones de casos.
El alcalde de Nazaré, Manuel Sequeira, confirmó que la mayoría de los afectados eran jóvenes que coincidieron en haber estado en la playa en el momento del incidente, lo que facilitó la rápida identificación del foco de la intoxicación.
A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades actuaron con rapidez y, tras realizar exhaustivos análisis de calidad del agua, levantaron la prohibición de baño la noche del sábado. Según el Ayuntamiento de Nazaré, el agua volvió a ser clara y transparente, sin rastros visibles de contaminación.

La playa de Nazaré es famosa por sus olas gigantes, siendo un punto de encuentro obligatorio para surfistas de todo el mundo. No obstante, este episodio ha generado preocupación sobre el estado de las infraestructuras de saneamiento en zonas altamente turísticas, especialmente en plena temporada alta.
Este evento ha dejado en evidencia la necesidad de revisar los sistemas de alcantarillado en la región para evitar futuras incidencias que puedan comprometer la salud pública y la reputación de uno de los principales destinos turísticos de Portugal.
Las autoridades locales continúan en vigilancia, y aunque la playa fue reabierta al público, recomiendan estar atentos a cualquier síntoma tras haberse bañado en la zona durante las últimas 48 horas.
