
El reciente acuerdo arancelario entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que establece un impuesto del 15% a la mayoría de productos europeos, ha generado fuertes críticas desde el Gobierno de Francia, quienes calificaron el pacto como “desequilibrado” y “una estabilidad temporal que no es sostenible”.

El ministro delegado para Asuntos Europeos, Benjamin Haddad, afirmó que si bien se lograron exenciones en sectores clave para la economía francesa como la aeronáutica, bebidas espirituosas y medicamentos, el acuerdo fue impuesto bajo coerción económica por parte de Estados Unidos, dejando de lado las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Por su parte, el primer ministro francés, François Bayrou, fue contundente al declarar: “Es un día oscuro cuando una alianza de pueblos libres recurre a la sumisión”, lamentando la postura de la Comisión Europea en las negociaciones lideradas por Ursula von der Leyen.
El acuerdo comercial, anunciado por Donald Trump y Von der Leyen en Escocia, también compromete a la UE a realizar compras energéticas a Estados Unidos por 750,000 millones de dólares e invertir otros 600,000 millones en territorio estadounidense.
El ministro de Comercio francés, Laurent Saint Martin, también expresó su descontento en la radio France Inter, reiterando la percepción de que el pacto beneficia más a Estados Unidos.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, criticó duramente a Von der Leyen, al afirmar que Trump “se la desayunó” en las negociaciones, comparando el acuerdo con el que el Reino Unido había logrado anteriormente, el cual considera más favorable.
Por otro lado, el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, defendió el pacto como “el mejor acuerdo posible en circunstancias muy difíciles”, aunque reconoció la falta de entusiasmo en varios países miembros.
